¿De qué se trata este acuerdo y por qué la obligatoriedad?

En junio de 1985, cinco países europeos firmaron un acuerdo, el Tratado de Schengen. Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y los Países Bajos decidieron de esta manera eliminar los controles fronterizos entre sus territorios, permitiendo que sus ciudadanos pudieran circular libremente.

Ya en 1995, cuando entró en vigor el tratado, otros países europeos se sumaron y tan sólo Chipre, Bulgaria y Rumania quedaron afuera, porque no tienen los requisitos de seguridad que el tratado exige. El Reino Unido e Irlanda tiene participación relativa: comparten la lucha contra los narcóticos pero continúan controlando sus propias fronteras.

Por lo tanto, quien emprende un viaje y no sea ciudadano o resida en el Espacio Schengen, deberá cumplir con los requisitos del acuerdo, entre ellos:

- Viajar con una Visa Schengen (para lo que tendrá que adquirir antes un Seguro Schengen).
- Tener un pasaporte válido.
- Obtener un Seguro Schengen con cobertura médica internacional, repatriación sanitaria y asistencia legal.
- El Seguro Schengen tiene que ser válido durante la permanencia en el Espacio Schengen.
- La compañía donde se adquiera el Seguro Schengen deberá tener un representante en el continente europeo.

Estos requisitos existen ante la necesidad de garantizar cobertura médica y asistencia real a todo viajero que sufra un imprevisto y deba ser atendido en hospitales europeos. La cobertura mínima exigida es de 30 mil euros.

Sin embargo, todo viajero necesita contar con la protección total de un Seguro Schengen Europa, ya no sólo por la obligatoriedad que exige el Tratado, sino fundamentalmente para salvaguardar su salud y bienestar ante cualquier imprevisto que pueda sorprenderlo durante su viaje. Porque no hay nada peor que tener que enfrentar un problema en otro país y no tener ayuda para resolverlo!